Cultura

Metodología cross company: la calidad y el cliente en el centro de cada proyecto

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En el mercado actual las empresas necesitan ser ágiles, pero sin desorganizarse. La agilidad no puede poner en jaque la calidad de los servicios o productos entregados, y debe generar equipos autónomos, que se vinculan pero tienen poder de decisión. Y todo esto se consigue con una metodología cross company. 

El objetivo de implementar esta metodología de trabajo es proporcionar el mayor valor posible al producto y al cliente y tener mejores resultados en las entregas, en los procesos, en definitiva, ser más eficientes. Para esto los equipos se organizan en células o pods que integran talentos de diversas capacidades, y entonces logran tener una mirada 360° sobre el pedido del cliente, lo que optimiza la respuesta que se le puede dar. 

¿Qué significa esto? Una vez evaluado internamente el pedido del cliente, quien está en contacto con él podrá darle una respuesta cierta y concreta con tiempos de entregas, posibilidades del proyecto o incluso ofrecer mejoras. 

Más colaborativo

Para llegar a este punto de sinceridad con el cliente, primero hay que trabajar puertas adentro en la construcción de un esquema colaborativo. Esto implica entender a la empresa como un todo, que cada equipo vea más allá de sus responsabilidades, y que se ponga sobre la mesa aquello que se percibe, ya sea positivo o negativo. 

Esto quiere decir que todos deben entender cuál es el impacto del proyecto en el negocio de la propia compañía, pero también en la del cliente. Este es el punto de partida para que luego cada área vaya aportando sus conocimientos. Y quien coordina esto puede evaluar el esfuerzo que implica llegar a la entrega y también organizar las tareas para esto.

Claro está, para que esto funcione de manera fluida es necesario tomarse unos meses de capacitación, y también de entrenamiento. Sobre todo porque los equipos deben ganar la madurez para dar un feedback preciso sobre las indicaciones que reciben. 

Esto, que puede resultar incómodo en un primer momento, luego le da a la compañía el control de sus proyectos y entregas. Primero, los equipos aportan datos claros sobre el esfuerzo que demandará el proyecto, y también podrán decir si es viable seguir adelante con el pedido. 

Y con esto entra en juego el cuidado de la calidad de cada proyecto, y también el nombre de la marca. 

El valor de los datos

Finalmente, la metodología es evaluada con métricas (tiempo y talento invertido, promesa que se hizo al inicio del sprint y los KPI de la tarea finalizada), lo que permite tomar decisiones basadas en datos y no en sensaciones. El rol de las empresas que son partners de sus clientes es poder hacer proyecciones numéricas y ofrecer alternativas. Y esto le da tranquilidad a los clientes, porque entiende que quién habla con él está observando el escenario basándose en información. 

Además, cada avance el cliente lo va viendo en la plataforma compartida, incluso cuando se habla de los demos de productos. La idea es tener el feedback lo más rápido posible, para corregir y rápidamente producir el ajuste. 

En todo el camino se necesita sinceridad de todas las partes. Es un proceso de aprendizaje y de generar confianza en los equipos y entre los que participan, incluyendo al cliente. Por eso, además de las hard skills es preciso trabajar para impulsar las soft, en especial la comunicación.

En Geopagos trabajamos con metodología cross company, y estamos haciendo crecer este formato dentro de nuestra estructura. ¿El objetivo final? Ofrecerle a los clientes productos que se ajusten a sus necesidades reales y entreguen valor, poniendo a la calidad por encima de todo. 

Fuente:

Geopagos

Publicado el

Oct. 18, 2022